La orden de prisión contra Emilio Palacio, editorialista de Diario El Universo, por su artículo de opinión "Camilo, el matón" respecto del Presidente de la CFN, Camilo Samán, constituye un grave atentado contra la libertad de opinión en el Ecuador. Sin duda, es una medida que saca a relucir el ambiente de autoritarismo con el que estamos comenzando a convivir de a poco en nuestro país. Más pronto que tarde nos vemos sumergidos en una ola tras otra de represión y censura.
De cumplirse la condena impuesta, este periodista se convertiría en el primer preso político de renombre de la denominada Revolución Ciudadana. Curiosamente, la sentencia se da el mismo día en que el Presidente de Venezuela visitaba nuestro país.
Según el dictamen de la jueza encargada del caso “la dignidad y el buen nombre están por encima de la libertad de expresión”. Permítanme exponer mi desacuerdo al respecto.
Jugué fútbol asiduamente hasta los 18 años de edad. Cualquiera que haya jugado este deporte sabe que en medio de la tensión de un partido, mucha presión e insultos suelen venir desde nuestros propios compañeros e hinchas. Pero es mucho más común que estos ataques vengan con mayor dureza desde nuestros oponentes (literalmente te dicen de todo). Una parte importante de mi trabajo es ignorar esos insultos y mantenerme enfocado en lograr RESULTADOS POSITIVOS, ya que formo parte de un equipo comprometido por alcanzar un OBJETIVO.
Mis aciertos o errores no estarán exentos de críticas: es parte del juego. Y el partido en juego, señores, es el futuro del Ecuador. Con escándalos de este tipo, no avanzamos a ninguna parte. ¡No sumamos!
Cabe la pregunta… ¿En qué país queremos convertirnos?
De cumplirse la condena impuesta, este periodista se convertiría en el primer preso político de renombre de la denominada Revolución Ciudadana. Curiosamente, la sentencia se da el mismo día en que el Presidente de Venezuela visitaba nuestro país.
Según el dictamen de la jueza encargada del caso “la dignidad y el buen nombre están por encima de la libertad de expresión”. Permítanme exponer mi desacuerdo al respecto.
Jugué fútbol asiduamente hasta los 18 años de edad. Cualquiera que haya jugado este deporte sabe que en medio de la tensión de un partido, mucha presión e insultos suelen venir desde nuestros propios compañeros e hinchas. Pero es mucho más común que estos ataques vengan con mayor dureza desde nuestros oponentes (literalmente te dicen de todo). Una parte importante de mi trabajo es ignorar esos insultos y mantenerme enfocado en lograr RESULTADOS POSITIVOS, ya que formo parte de un equipo comprometido por alcanzar un OBJETIVO.
Mis aciertos o errores no estarán exentos de críticas: es parte del juego. Y el partido en juego, señores, es el futuro del Ecuador. Con escándalos de este tipo, no avanzamos a ninguna parte. ¡No sumamos!
Cabe la pregunta… ¿En qué país queremos convertirnos?