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viernes, 4 de diciembre de 2009

Obrero Revolucionario

Muchos ecuatorianos piensan que el desarrollo y el progreso del país son una exclusiva responsabilidad de sus gobernantes. ¡Qué gran error! Nada más alejado de la realidad, pues lamentablemente dicho criterio nos ha perjudicado de manera terrible dando como resultado un país sumido en una desgracia sin final, con ingredientes como la inestabilidad política, al que debemos sumarle el nefasto “honor” de ocupar un lugar entre las naciones más corruptas de las Américas junto a países como Haití, Paraguay y Venezuela.

Corrupción e inestabilidad política que derivan en caos institucional e inseguridad jurídica: los mayores enemigos de la inversión privada, aquella que alienta el progreso de los países. ¿Las consecuencias? El desempleo, el repunte de la delincuencia, la miseria, la fuga de cerebros, la gran brecha social y lo peor: el estancamiento (o peor aún, retroceso) de un país que en pleno siglo XXI no puede avanzar con firmeza hacia un mejor futuro.

¿Pero esto que tiene que ver con nosotros, los ciudadanos? El pasado domingo encontré en
El Mayor Diario Nacional el perfil de uno de los “obreros” de más alto nivel del Gobierno de la Revolución Ciudadana: Douglas Argüello, aquella voz en off de las cadenas nacionales que hace ya casi 3 años inundan radio y televisión para difundir la propaganda gobiernista.

Me llamó la atención la poca frontalidad y transparencia con el que el aludido manejó la entrevista, primero negándose a un encuentro personal con la periodista que realizó el reportaje y al mismo tiempo exigiendo un cuestionario por correo electrónico para responder las inquietudes planteadas por este medio de comunicación.

Por una sencilla razón: la investigación realizada por este diario desata una serie de contradicciones y anomalías de parte de este caballero revolucionario. Como miembro de un gobierno que se autoproclama de “manos limpias”, no debería tener inconvenientes en aclarar este tipo de dudas.

También ha llamado mi atención revisar su hoja de vida en la que se detalla su labor profesional en distintos medios de comunicación privados que hoy forman parte de la oposición. Más tarde, ha dado el salto a la política donde asesoró a funcionarios del Gobierno de Lucio Gutiérrez, para luego trabajar en la actualidad a las órdenes de la Revolución Ciudadana donde se ha convertido en la voz oficial encargada de fustigar a sus antiguos jefes. Es decir, ha bailado con la más fea y la más guapa sacando provecho de ambas. ¡Qué lindo!

Mientras leía, recordaba a la politiquería existente en mi universidad. Es lamentable ver como muchachos menores de 25 años se entrenan con estas mismas sucias habilidades para obtener beneficios personales. Ya lo comenté en un post anterior y lo reafirmo: la falta de transparencia y de propuestas concretas, la inexistencia de una línea política y profesional definida, el festival de ofertas demagógicas, la malversación de fondos y la nula rendición de cuentas tienen en una lamentable situación a una institución con 47 años de vida.

Para nadie es un secreto que la UCSG (especialmente su Facultad de Derecho) es una fábrica de nuevos políticos, los mismos que son reclutados –o al menos tentados- por partidos políticos para postularse a cargos de elección popular. Estos mismos nuevos políticos, unos años más tarde vienen a ocupar cargos de responsabilidad en la vida nacional, en calidad de dirigentes empresariales o funcionarios públicos. ¿Qué podemos esperar de estos señores, si desde muy jóvenes se entrenaron en la metodología de la corrupción?

Estas actitudes carentes de ética profesional, sumadas a procedimientos propios de un bailarín experto son los que han convertido al Ecuador en el pobre país que es hoy actualmente. La realidad sea dicha: al país no lo hacen los políticos, lo hacemos los ciudadanos.

Es lamentable observar a estos señores quienes por distintas razones se vinculan con la política, para luego practicar y promover este círculo vicioso, condenando al país al subdesarrollo, del que difícilmente podremos salir si no abandonamos de una vez por todas y para siempre estas prácticas nefastas.

Un nuevo Ecuador es posible con una verdadera visión de país y no con actuaciones guiadas por intereses particulares. Lamentablemente eso no se entiende en nuestro país, condenándonos una vez más a continuar con esta pobre situación.

¡Una lástima por este pequeño país, maravilloso y jodido a la vez!

2 comentarios:

Claudio Vaca Intriago dijo...

Chuta, coincido plenamente contigo, espero en algún momento charlar contigo, mis felicitaciones, un saludo...

Gustavo Izurieta dijo...

He visto tu blog, es muy bueno tambien. Para eso esta el link del Facebook, con todo gusto conversamos por alli. Un afectuoso saludo

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